Archive for the ‘celiaquía, anécdotas y aspectos médicos’ Category
Por mi blog y por qué me gusta la cocina voy siguiendo muchas las novedades que acontecen en torno a la gastronomía, restaurantes, blogs y webs de cocina, etc. (y moldes también jajaja).
Y hoy me llega la noticia de la lista de los restaurantes que estarán en la Guía Michelin 2014, podéis verla aquí. Y mi primer pensamiento ha sido: “¿Y a mí qué? Si no puedo ir ni al restaurante de mi calle a comer con tranquilidad, ¿Cómo puedo aspirar a ir a un restaurante así? Primero por tema económico y segundo por el tema celiaquía. ¿Quién me asegura que allí están más enterados de cómo cocinar sin gluten?
¿Cómo se puede salir de casa a comer si es como ir pisando un campo de minas? A la que te despistas te la cuelan por algún lado, tanto sea por tema aspecto y calidad de nuestra comida, cómo por el tema de la contaminación cruzada. (Sí, ahora sé que saldrán muchas personas en mi contra y lo acepto, será que algunas son asintomáticas y que les cuelan algo y no se enteran, así también podría salir yo sin temor a pasarme una noche haciendo de niña del exorcista. U otras que viven en ciudades en las que tienen una gran oferta gastronómica sin gluten a su alcance. Pero yo hablo de mi experiencia y mí día a día. Y aquí os aseguro que no es fácil salir de casa. Muchos me critican por qué voy a cadenas como McDonals o Viena, pero es que no puedo ir a ningún sitio más y allí he podido tener peleas con ellos pero contaminación ni una hasta hoy).
He sido testimonio y he estado afectada directamente de mala praxis en algunos restaurantes dónde me han contaminado y me han hecho sentir fatal, también de respuestas surrealistas por parte de la asociación que se supone que debe velar por mis intereses como socia y como enferma de celiaquía. De reuniones con gente de la restauración que nunca llegan (algunos ya sabéis de qué hablo). De una contaminación posible por un cocinero con 2 estrellas Michelin, menos mal que el destino quiso que el ingrediente que no debería haber puesto en esa receta llegara a nuestros oídos. He tenido charlas y charlas con encargados, jefes de cocina, mails arriba y abajo, he recibido disculpas algunas veces, otras no. Me han sacado muchas veces pan congelado para comer (sí, ¡Lo juro! ¡Congelado!). Vaya los que seguís mi blog ya sabéis de mis “desventuras” cada vez que salgo fuera de casa.
Y después de todo hago un resumen y pienso… ya pueden ir repartiendo miles de estrellas por ahí que a mi plin. ¿Puedo fiarme más de un restaurante con una estrella, dos o tres que del bar de debajo de mi casa? Pues no, a mí una estrella de esas tan famosas no me garantiza una seguridad a la hora de salir fuera de casa. Hasta que no se consiga una implicación por parte de gente responsable que se dedique a formar al sector de la restauración y que luego se comprometa a vigilar que se sigan los protocolos adecuados, mucha gente no podremos salir a comer fuera sin tener que poner en riesgo nuestra salud. No me quiero alargar más pero los que sabéis todo podéis dar fe que no me invento nada y que no vamos por el buen camino y que lo mejor es comer en casa digan lo que digan. Hasta que no esté todo mejor cualquiera se arriesga. Yo solo salgo cuando no tengo más remedio y, si puedo llevarme cosas de casa, muchas veces mejor que mejor.
Lo que sí quiero es felicitar a las personas que trabajan día a día en una cocina, que se preocupan por innovar, por sacar platos nuevos y para que salir fuera de casa sea toda una experiencia. Espero que las personas que tenemos problemas con algunos alimentos podamos algún día sentirnos igual que el resto poder comer con total tranquilidad.
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Que conste en acta blogueril que todo esto que digo es mi experiencia y no cambiaré mi discurso, quizás catastrófico, hasta que el sector restauración me demuestre lo contrario. En cada salida que he hecho fuera de casa he tenido algún percance, y no soy la única (en esta entrada mucha gente dejó su comentario y recibí muchos mails: “¿Qué se puede mejorar de los restaurantes cuando cocinan sin gluten?”). Eso me demuestra que en este país no estamos preparados aún para salir con total normalidad fuera de casa a comer con tranquilidad. Ojalá para la próxima entrada pueda contar cosas mejores, estaré encantada. Como siempre digo, igual que cuento lo malo también cuento lo bueno.
La última cena
Posted 30/09/2013
on:¿Estamos hablando los celíacos siempre sobre la celiaquía? Pues si nos juntamos dos o más personas es inevitable! jajaja.
El otro día con una persona salió el tema de cual fue nuestra última comida CON GLUTEN. ¿La recordáis? ¿Tardasteis mucho en empezar la dieta o el mismo día ya dejasteis de comer cosas con gluten?
Si os apetece podéis dejar un comentario en esta entrada o bien enviarme un mail, prometo discreción con el nombre. Solo es la anécdota. (La dejaré abierta para que la gente vaya contando su experiencia). Lo de la “última cena” es anecdótico, quería decir vuestra última comida, cada uno empezó cuando empezó.
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Un celíaco más (http://singlutenporfavor.wordpress.com/):
Bizcocho con pepitas de chocolate de Hacendado la mañana que tenía cita con el digestivo.
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Jose (me envía la experiencia su mujer, pero no puedo ponerla toda aquí entera):
El día que teníamos los resultados de la biopsia intestinal, nos levantamos, tomamos el desayuno, con gluten, que creo que fueron unas galletas, pero tampoco lo puedo asegurar, y fuimos al hospital. En menos de una hora salíamos de allí con un diagnóstico de celiaquía y un montón de sentimientos encontrados.
Por una parte alivio, porque la verdad es que pensamos que podía ser algo mucho más grave, así que para nosotros saber que mi marido era celiaco nada más (y nada menos), casi fue una alegría. Por la otra miedo. Sí. Yo tenía miedo. Miedo de no saber si iba a ser capaz de adaptar su alimentación a la dieta, porque él se tenía que acostumbrar a los nuevos sabores, cosa que no es fácil, y yo a una nueva manera de cocinar, ordenar alimentos, hacer la compra y en definitiva, cambiar hábitos de vida que habíamos mantenido durante tantos años.
Miedo porque el diagnóstico fue en agosto, y las indicaciones del médico fueron: «toma éste folleto. Es de la asociación de celiacos y ellos te informarán». Pero claro, agosto es mes de vacaciones, así que de la asociación no pudimos obtener ayuda hasta bien entrado septiembre.
Pero alguien tenía que tirar del carro, y no dejar paso a la desesperación de no saber qué hacer. Así que me planté delante de mi marido, y le dije: » Al fin y al cabo son buenas noticias, así que alegra esa cara y vamos ahora mismo ahí enfrente a comprar». Y allí que nos fuimos. Creo que compramos pan, magdalenas, harina y poco más. Pero yo ya había preparado una comida libre de gluten, por si acaso.
La dieta la empezó ése mismo día en la comida. Nunca se la ha saltado. NUNCA.
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M. Carmen: Yo un croissant, el día que salí del médico que me acababan de decir «eres celiaca» me metí en un bar a desayunar y me pedí un croissant con mantequilla y mermelada, sabía que iba a ser el último. Me supo a gloria. Y como dice Marta, esto es para llorar… como lo echo de menos.
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Marta: Yo al salir del médico, no fui capaz de comerme mi último trozo de pan… sabiendo q me hacía mal, aunque ya estaba hecha un guiñapo… pero este verano me dijeron que probara a reintroducir cereales (no soy celiaca, es otra enfermedad), y me hice mi propio pan de trigo, y comí galletas durante un mes… y ahora echo más de menos el trigo, antes de volver a probarlo ya había olvidado cómo sabían esas cosas.
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Marga: Pues yo salí del médico y lloré y llegué a casa y empecé a vaciar la cocina de todo lo que no podía comer…. y una llorera de muerte, porque casi todo tenía gluten. La verdad es que no recuerdo lo que comí el día anterior, desde que salí del médico he seguido la dieta.
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Mònica R.: El día antes de ir al médico a confirmar el diagnóstico me preparé una lasaña para despedirme del gluten. Ya me habían avanzado al hacer la endoscopia que parecía un caso claro de celiaquía, así que ya llevaba unos días investigando… Me diagnosticaron el día que cumplí los 27, ¡menudo disgusto!
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Marcela: Me entregaban el resultado de la biopsia un lunes por la tarde. Ese mediodía, dando por seguro de que el resultado sería que efectivamente era celíaca, decidí despedirme de las harinas disfrutando de un buen plato de pastas. Fui a comprar sorrentinos rellenos con jamón y queso y salsa bolognesa al mejor lugar de pastas de mi pueblo, dispuesta a darme un atracón. Solo debía hervirlos y calentar la salsa. Cuando llegué a mi casa, mi marido me dijo que se sentía mal, que el domingo había comido demasiado por lo que en vez de los sorrentinos preferìa comer solo frutas. Lo tomé como una señal, jajaja, así que los freezé en la caja, tal cual los había comprado, y allí quedaron, por mucho tiempo, hasta que pude preparárselos a él 😦
Y el resultado de la biposia fue «celiaquía» por lo que no tuve una despedida formal del gluten. En mi año de tratamiento cometí dos mini transgresiones y tuve tales descomposturas que ya ni me tienta, aunque sigo sufriendo cuando todos comen a mi alrededor.
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Tamara (esta manera de afrontar la dieta quizás no es la mejor pero me ha parecido muy interesante para concienciarse y luego no cometer transgresiones, es mi opinión): Cuando me diagnosticaron estaba a unas semanas de irme de viaje a Holanda y el médico me aconsejó que empezara la dieta al volver del viaje. Así que disfruté de mi último viaje con gluten.
Al volver decidí estar unos días yendo a cenar y a comer a mis restaurantes preferidos para ir «despidiéndome» de ellos y así ya me iba mentalizando poco a poco.
Mi última cena fue en un japonés que me encantaba, porque sabía que sería difícil volverlo a probar. Me hice una foto con mi último bocado antes de la dieta 🙂
Al día siguiente empecé la dieta singlu.
Creo que despedirme de los restaurantes me vino muy bien para afrontar la nueva dieta.
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Glutoniana: en la analítica salí positiva y cuando me dieron los resultados de la endoscopia ya llevaba muchos días mirando qué cosas podría comer y que no, por lo que no tuve tiempo de pensar cual sería mi última comida. Comí unos canelones (que no me chiflan) y no recuerdo que más. Si hubiera sido consciente ese día de lo que me venía me zampo un bocata de pan crujiente y rico! Jajaja. Pero estaba tan concienciada de a ver qué podría comer y no que ni se me pasó por la cabeza hacer una despedida. Estaba muy mal por muchos síntomas y no me apetecía comer nada fuera de lo normal.
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Mònica P. L.: Me diagnosticaron días antes de navidad del 2011. Decidí dejar pasar las fiestas, y en plan masoquista me despedí de algunas cosillas. Mi ultima comida fue la comida reyes, con el típico Tortell de Reis. Tengo que aclarar que yo no tenia síntomas inmediatos después de comer. Tenia pérdida de peso alarmante, molestias estomacales y anemia. Me pudieron diagnosticar porque yo tengo un sobrino celíaco y cuando ya no sabían qué buscar, yo sugerí la posibilidad de ser celiaca. La doctora me hizo la analítica por no escucharme, ella decía que no tenia la sintomatología de la celiaquía. Y bingo!!! Celiaca a los 35!!! Me costó adaptarme a la dieta, soy muy golosa, pero gracias a 500.000 recetas para celiacos y blogs como el de Glutoniana, he descubierto que ser celíaco no te condena comer todo industrial y empaquetado y que hay cosas deliciosas!!!!
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Magda: Siempre recordaré mi última cena sin gluten. Fue en un hotel de Aqaba en Jordania. Al día siguiente volvía a mi casa y ya tenía hora para la biopsia intestinal. El médico ya me había dicho que tenía todos los números de ser celíaca, pero que no hiciera dieta hasta estar seguros. Pues bien, esa misma noche no recuerdo bien que cené, pero me comí com tres o cuatro panes ácimos y un montón de pasteles super dulces (la repostería árabe es muy dulce), y eso que a mi el dulce no me entusiasma. Mis amigos me miraban con cara como si me hubiera vuelto tonta (sólo uno sabía que seguramente era celíaca). Así que se puede decir que mi última cena con gluten se acabó en un empacho…
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Celiaco a los 30: yo también deje todo y quite de casa de todo. Solo quería dejar atrás los síntomas. Ni en mi pantera rosa pensé 🙂
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Judit: El día de la biopsia intestinal salí muerta de hambre y un colocón de la anestesia que no veas. Fuimos directos a la Tagliatella a comer una pizza 4 quesos. La última de mi vida pensé. Qué buena estaba y qué bien me sentó!!
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Agus: La verdad que no recuerdo exactamente cuál fue mi última comida con gluten. Sí recuerdo mi último cumpleaños con gluten, que fué 4 días antes de hacerme la biopsia. Hicimos salchichas en el grill, por supuesto con pan, torta y alfajores de maicena hechos mitad maicena, mitad harina de trigo.
La analítica ya me había dado positivo, que fué cuando mi médico me dijo que había posibilidades de que fuera celíaca. Así que hasta tener los resultados de la biopsia estuve investigando un poco en el cyberespacio acerca de la enfermedad y cómo tratarla.
Recuerdo que mi médico me llamó por teléfono para darme los resultados, era un lunes justo después del mediodía. Me dijo que los resultados eran positivos, que era celíaca y que debía comenzar a alimentarme sin gluten. Ya lo había estado asimilando durante casi un mes, que fue el tiempo que tardaron todos los estudios, así que me lo tomé bastante bien.
Cuando llegué a mi casa, vacié completamente las alacenas, creo que lo único que quedó fue la sal y un paquete de azúcar. Tiempo después, cuando con tranquilidad fui aprendiendo un poco más, descubrí que muchas cosas que había en mi alacena y de las que me deshice eran en realidad aptas.
Sí recuerdo los primeros productos que compré sin gluten, fui a uno de esto bio-market y compré 1 paquete de tallarines, 1 salsa de tomate y un pan, me gasté poco más de 10 euros, fué un shock tremendo!!!!
Más experiencias en los comentarios de esta entrada.
¿Feliz día del celíaco?
Posted 27/05/2013
on:Es un poco raro eso de felicitar a alguien por tener una enfermedad pero bueno: FELICIDADES!!
Aunque a mi me sale felicitar y dar las gracias a todos lo que han hecho que esto a veces no sea tan cuesta arriba, a los que se han comido mi pan y han dicho: «anda pues no está tan mal», a todos aquellos que me han dado las gracias por ayudarles, etc. etc. podría dar muchas gracias a una lista interminable de gente. No todo es malo y gracias a la celiaquía he conocido a gente fantástica que de otra manera no habría llegado a ellos.
Pero… siempre hay un pero…
NO QUIERO DAR LAS GRACIAS:
A aquellos que me han contaminado alguna vez, a los que me han dicho pues anda tampoco hay para tanto, a los que se han apartado de mi por qué ir a comer conmigo era un rollo, etc. etc. A todas las empresas que se lucran a nuestra costa por qué no les da la gana bajar los precios, a los políticos que tienen en sus manos cambiar el IVA de nuestros productos y no lo hacen, a los que creen que se puede llevar una vida normal con todo esto, a todos ellos NO GRACIAS!
Y gracias por leerme como siempre y estar a mi lado para lo bueno y lo malo 😉
Contaminada y enfadada
Posted 18/03/2013
on:Decir cosas en caliente a veces no está bien, pero algunas veces ayuda. Y no quería llegar a esto, pero las circunstancias me han obligado ya que no tengo nada más que hacer, no tengo pruebas ni me han hecho caso. Solo mi familia y Glutoniano vieron como me puse ayer nada más llegar a casa, ni ir al médico pude de los destrozada que me quedé.
Muchos que seguís el blog ya sabéis lo que es la contaminación cruzada, para los que no tenía una entrada preparada desde hace días pero lo que ha pasado ha hecho adelantarme y publicar esto antes. Como ya lo haré otro día solo resumiros que la contaminación sería para decirlo rápido cuando nuestra comida sin gluten entra en contacto con otra que tiene ingredientes que no podemos comer. Lo más fácil de entender son las migas de pan. Imaginad que estoy al lado de alguien que come pan con harina de trigo que para mi está prohibido, y empiezan a caerme migas en mi comida. O que vaya a un restaurante dónde se cocinan los dos tipos de comida y por un descuido se mezclan cosas, etc. Eso supone para los celíacos una contaminación que en la mayoría de casos tiene consecuencias en nuestro cuerpo, internas y para algunos también externas (vomitos, dolores de barriga, cansancio, etc. etc.), o sea pasarlo mal horas o quizás días.
Ayer fuimos a comer fuera. En una pizzeria muy conocida en Torredembarra (no voy a dar el nombre pero todos sabéis de cual estoy hablando). Llevamos mucho tiempo yendo, siempre el trato genial y algún camarero hasta me conoce y sabe que soy celíaca. Es de los sitios en los que me sentaba tranquila por qué empezando desde la cocina hasta los camareros se notaba que lo tenían todo controlado. Y ayer no fue una excepción, me senté y me relajé.
Pedimos unas croquetas y unas patatas bravas para picar, luego Glutoniano su plato de pasta con gluten y yo una pizza. Nos trajeron las croquetas pero las patatas no. Y después de mucho rato (por qué la verdad es que tardaron mucho ayer), pues su pasta y mi pizza. Le dijimos entonces que se habían olvidado de las patatas y nos dijeron que en seguida nos las traía, supongo que tenía mucho trabajo. Empezamos a comer y las trajeron al cabo de un momento.
Acabamos de comer, yo ayer me encontraba bien de la barriga, no tenía ni un síntoma de encontrarme mal por nada. Había desayunado como siempre lo normal. Y ya de viaje a casa empecé a notarme muy cansada (muchos ya sabéis que también tengo síndrome de fatiga crónica, por lo que no le di importancia ya que salir solo a pocos kms. ya me cansa). Pero también me notaba extraña, diferente. Llegué a casa y nada más entrar por la puerta pues hice de niña del exorcista (por decirlo finamente). Parecía que me sentía mejor, pero no… la cosa fue a más. No quiero entrar en detalles asquerosos pero los que os habéis contaminado alguna vez ya sabéis de que hablo. No sé cuantas horas estuve mala en el baño y cuando salí lo hice destrozada. Ya llevo años con la dieta, conozco mi cuerpo, pero nunca me había sentido tan mal. Noté como si me hubieran dado veneno, durante un rato llegué a pensar que me habían dado hasta algo con gluten. He tenido reacciones de dolores de barriga, llagas en la boca, etc. pero tan bestia como ayer nunca. Por lo que pensé que no podía ser de otra cosa que una contaminación en toda regla.
He descansado esta noche, estaba agotada, pero con miedo y desconfianza. Desmoraliza mucho salir y encontrarse así. Ya más calmada he llamado al restaurante, no esperaba que me dieran la razón, pero si una disculpa o algo.
He preguntado por la persona responsable de la cocina. La chica ha sido muy amable, ella no estaba ayer pero me ha atendido, no sé que cargo tenía, solo sé que se llamaba Sandra. Le explicado lo que me había pasado, que nunca me había encontrado mal, que sabía que ellos iban con cuidado, pero que el estado en que me había puesto solo podía ser de una contaminación. Le he contado lo de las patatas, que quizás se habían confundido al hacerlas después…
Y su respuesta ha sido: «Le agradacemos su preocupación por el tema, pero somos muy sensibles y cuidadosos a la hora de cocinar (bueno sí me preocupo por los celíacos pero hoy era a mi que me duele todo!!!). Que seguro que me sentó algo mal pero no por nuestra culpa por qué tenemos mucho cuidado. Y con lo de las patatas seguro que no nos equivocamos».
He vuelto a insistir un poco en el tema de que podría haber habido un error, pensando que me diría que ya me llamaba o algo. Pero nada de nada. Han pasado unas horas y evidentemente ni me ha llamado nadie ni nadie se ha disculpado.
Así que ya sabéis si queréis ir a comer con tranquilidad ese es el sitio por qué son dioses y no se equivocan nunca. Yo prefiero relacionarme con gente más terrenal y no voy a ir más, están demasiado por encima de mí.
Aquí lo dejo…
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Hablo con la asociación para hacer la correspondiente queja ya que es un restaurante recomendado por ellos. Pasan unos días y, resumiendo, desde la asociación me dicen que:
1. que el restaurante se puso en contacto conmigo (MENTIRA COCHINA, yo les llamé y después de decirme que son perfectos no he recibido ninguna llamada).
2. que sobre el gorgonzola que pregunté por si podía ser el tema de la contaminación, que es apto (SEGUNDA MENTIRA! yo no comí gorgonzola ni pregunté nada sobre él).
3. que podría haberme contaminado con los cubiertos (las culpas para mí).
4. que ellos tienen muy claro el tema de la contaminación y manipulación de nuestros alimentos. (eso no lo pongo en duda, pero que son humanos y se pueden equivocar lo afirmo)
5. que nunca nadie se ha quejado de ese restaurante aparte de mi (pues visto lo visto creo que sí…).
CONCLUSIÓN a la que llego. Alguien más se ha contaminado ya que ni me llamaron ni yo pregunté nada sobre el gorgonzola.
Si me quedada alguna duda sobre volver en el futuro allí, la respuesta es: NO
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Me envía un mail la asociación de nuevo que sienten la confusión por el restaurante ya que no se trataba del mismo (me siento bien de pensar que no soy la única que le pasan cosas, no por qué la gente se contamine claro, pero a veces lo cuentas y parece que te lo inventas que te han contaminado).
Me dicen que siguen las pautas correspondientes y que no saben qué paso (yo sí sé lo que me pasó).
Dicen que: «solo han recibido esta reclamación y que de momento no lo sacaran del listado (yo no había pedido eso tampoco), además hay 3 miembros del restaurante que también son socios de SMAP (esto que es una guerra de 3 contra una??), pero que estarán pendientes por si hubiera otro problema.
No pienso seguir más con el tema yo estoy tramitando mi queja por mi cuenta por otras vías por qué les den un toque de atención. Al menos si alguien más va pueda evitarse pasar un mal rato yo no volveré: Aunque siempre quedará el riesgo de que vuelva a pasar, somos humanos no lo olvidemos.
Todos los os pasáis por aquí ya sabéis lo que es la celiaquía y si no en internet hay muchísima información. Hoy celebramos nuestro día, que más que celebrar es una manera de aprovechar para recordar que estamos aquí y que necesitamos ayuda en muchas cosas, que la vida no es fácil siendo celíaco.
Os voy a contar algunas de las cosas de las que estoy harta a día de hoy por ser celiaca, y algunas se pueden solucionar con un poco de ganas por parte de médicos, restaurantes, empresas, amigos y familiares.
Estoy harta de:
- Que los médicos muchas veces no se enteren de lo que nos pasa, que alguien con carrera sea capaz de preguntar mientras está recetando un medicamento: “¿Tu maíz puedes comer? Entre otras miles de tonterías como: yo este tema no lo controlo.
- Que la gente nos diga, menos mal que en el Mercadona tenéis de todo a precios razonables. (Mentira, no tenemos de todo ni varias marcas dónde elegir, y tenemos que pasarnos el día mirando etiquetas por qué nos cambian cosas, etc. Ah! Y no todo lo que venden en el Mercadona es sin gluten).
- Que cuando vamos a comprar nuestros productos específicos sin gluten como harina por ejemplo, parezca que estemos en el mercado de productos exóticos dónde todo está a precio de caviar.
- Que cuando vamos a casa de alguien a comer nos miren con pena, o que a veces nos digan es que no comes nada y otras pasen de nosotros y nadie se preocupe de si tenemos que llevar la comida encima para poder comer tranquilos.
- Que salir a comer fuera sea un rollo patatero cada vez más. Que no podamos casi nunca sentarnos en un restaurante con total naturalidad y hablar de cosas que no sean la comida, que el pan está helado, que no nos contaminen o que nos has quitado bocadillos (como ya os contaré que ha pasado en el VIENA).
No todo es negativo, también quiero dar las gracias a las personas que nos hacen fácil algunas cosas, que también las hay. Pero llevo muchos días sintiendo que el entorno no nos ayuda para que nos podamos sentir “normales” y necesitaba contarlo.
Ser o no ser celíaco
Posted 14/04/2012
on:Cuando te dicen que eres celíaca o celíaco te quedas con la cara a cuadros. Y si no te has informado de que va el tema piensas: “¿Y ahora que voy a comer? Y si ya te has dedicado a investigar también lo piensas. Como siempre digo mejor hacer una lista de las cosas que podemos comer que no de las que no podemos. Al final hay muchísimas cosas que se pueden adaptar con nuestras harinas y la cosa no es tan grave (eso sí, pasándonos horas en la cocina). Cada día hay más empresas que etiquetan sus productos con el “sin gluten”, así que la compra va siendo más fácil. Los precios de nuestros productos específicos continúan estando a precio de caviar.
¿Dónde está el problema entonces? Pues al salir a la calle. De golpe y porrazo nos encontramos con miles de cosas que no podemos comer. Vas paseando y no paras de ver comida por todos los sitios que nunca podrás comer. Y entra la ansiedad-celíaca, ya sabéis a lo que me refiero. Tanto ver cosas que no puedes comer aún te entra más hambre y como encima no lleves nada para quitártelo aún es peor.
Algunos ya sabéis que a mi me diagnosticaron la celiaquía ya de mayor, por lo que he pasado más años de mi vida comiendo con gluten que sin. Y el otro día me pregunté: ¿Qué es mejor, haber comido de todo y haber disfrutado durante unos años de la comida “normal”? O por el contrario, ¿es mejor no haber probado nunca el gusto que tiene por ejemplo el pan para así luego no echarlo de menos? ¿Qué creéis?
Edito el 26/04/12 después de haber leído atentamente todos vuestros comentarios:
Todos tenemos claro que nuestra vida cambió una vez tuvimos el diagnóstico. Aprendimos a ver que es mejor estar bien de salud aunque no podamos comer de todo.
Ah, y la parte buena de esto es que nos estamos haciendo cocineros y cocineras profesionales, ojalá de toda esta gente que cocinamos salga alguien que se monte un restaurante celíaco.
Mi opinión es parecida a la de algunas personas, genial haber encontrado lo que me hacía daño. Pude probar cosas riquísimas, pero también ahora las como, ya que cuando me apetece algo me pongo en la cocina. Como decía Pilar, que es mejor no haber “amado” nunca? Pues yo a veces preferiría no haber comido con gluten ya que así no lo echaría de menos. Somos animales de costumbres y si toda mi vida hubiera comido sin gluten quizás ahora no tendría ese recuerdo de la comida de antes. Y sobre todo en cuestión de salud, a raíz de mi diagnóstico tardío me he llevado de regalo el “síndrome de fatiga crónica”. Por eso a veces pienso que habría preferido serlo siempre, quizás ahora tendría una vida diferente.
Gracias a todos por vuestros comentarios tan interesantes!
A mi no me gusta el caviar
Posted 17/05/2011
on:A MI NO ME GUSTA EL CAVIAR
Cuando me diagnosticaron la celiaquía, a parte del lío de lo que puedes comer y no, me encontré con unos precios prohibitivos. Algunas cosas no puedes encontrarlas en los supermercados normales y tienes que ir a tiendas especializadas. Allí puedes encontrar casi de tot, pero pagando las ganas. Y el gasto de la compra diaria sube de mala manera.
Comprobad de que va el tema en la tabla del final de la entrada.
¿Veis, no?
En la mayoría de las comunidades de España no hay ninguna ayuda económica, en otros países como Francia, Italia, Dinamarca y muchos más, si que se reciben ayudas. Se considera en algunos, que la dieta se realiza por prescripción médica, no por el gusto de pagar más caro. Así que depende de dónde vivas te ayudan o no
En este informe que realizó FACE (Federación de Asociaciones de Celíacos de España), podéis leer más sobre el tema y ver la cantidad de más que llegamos a pagar por los alimentos: “Informe de precios sobre productos sin gluten 2011”
Nuestra dieta es nuestra única medicina, así que alguien debería hacer algo para solucionar esto, ¿no?
¿Por qué tengo que comer caviar si a mi no me gusta?
Glutoniana
(Este mes se celebra el “Día Internacional de la Enfermedad Celíaca”, me gustaría hacer difusión de este escrito por el máximo de sitios posibles. Podéis copiar el texto y pasarlo a vuestros conocidos, así todo el mundo sabrá el abuso que sufrimos a la hora de hacer nuestra compra. Gracias!)
A MI NO M’AGRADA EL CAVIAR
Quan em van diagnosticar la celiaquia, a part de l’embolic del que pots menjar i no, em vaig trobar amb uns preus prohibitius. Algunes coses no pots trobar-les en els supermercats normals i has d’anar a botigues especialitzades. Allà pots trobar quasi de tot, però pagant les ganes. I la despesa de la compra diària puja de mala manera.
Comproveu que va el tema en la tabla del final de l’entrada.
Veieu, no?
En la majoria de les comunitats d’Espanya no hi ha cap ajuda econòmica, en altres països com França, Itàlia, Dinamarca i molts més, si que es reben ajudes. Es considera en alguns, que la dieta es realitza per prescripció mèdica, no pel gust de pagar més car. Així que depèn d’on visquis t’ajuden o no.
En aquest informe que va realitzar FACE (Federació d’Associacions de Celíacs d’Espanya), podeu llegir més sobre el tema i veure la quantitat de més que vam arribar a pagar pels aliments: «Informe de preus sobre productes sense gluten 2011«
La nostra dieta és la nostra única medicina, així que algú hauria de fer alguna cosa per solucionar això, no?
Per què he de menjar caviar si a mi no m’agrada?
Glutoniana
(Aquest mes se celebra el «Dia Internacional de la Malaltia Celíaca», m’agradaria fer difusió d’aquest escrit pel màxim de llocs possibles. Podeu copiar el text i passar-ho als vostres coneguts, així tothom sabrà l’abús que patim a la hora de fer la nostra compra. Gràcies!)
Información sacada del: “Informe de precios sobre productos sin gluten 2011”
Las primeras veces
Posted 02/05/2009
on: